El colágeno es un motor del bienestar. Hablamos de una proteína que está presente en los huesos, las articulaciones y los cartílagos, que se refuerzan si logran mantener niveles saludables de ella. Lo que ocurre es que conforme pasa el tiempo, baja la producción; además, el colágeno se hace más quebradizo. De ahí vienen los problemas óseos, los dolores articulares y también la pérdida de elasticidad en la piel, entre otros problemas. Hay diversos suplementos de colágeno en el mercado español que pueden colaborar a detener estos procesos, pero la correcta alimentación puede conseguir efectos sorprendentes de un modo natural.
De los muchos alimentos que aportan nutrientes, vitaminas (la C, sobre todo) y colágeno, destaca uno que ya es habitual en la dieta española, aunque hace apenas tres décadas aún estaba considerada una fruta exótica, por su procedencia de nuestras antípodas. Se trata del kiwi, originario del sur de China.
La palabra también nombra a un pájaro endémico de Nueva Zelanda, no volador, de tamaño parecido a una gallina y con un pelaje cardado que sería toda una fantasía en los años 80. De hecho, a los neozelandeses se les llama coloquialmente kiwis.
Según la prestigiosa Mayo Clinic estadounidense, el kiwi tiene además un alto contenido en fibra, potasio y vitamina E, razones por las que también se emplea para prevenir el estreñimiento, que es quizá su uso más conocido. Igualmente ayuda a bajar el colesterol malo y controlar la presión arterial. Por otro lado, su carácter saciante ayuda a quienes tratan de seguir una dieta y no picar entre horas.
El kiwi verde, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, tiene el doble de vitamina C que la naranja. Desde la universidad neozelandesa de Otago también avalan su eficacia este aporte vitamínico concreto, con el consiguiente aporte de vitalidad y el estímulo a las endorfinas, lo que hace incluso que mejore el ánimo.
Para ampliar información acerca de todos los beneficios del consumo de esta fruta, con hincapié en el apoyo a la función gastrointestinal, puede leerse este informe publicado en la National Library of Medicine de Estados Unidos.