• 29 julio, 2025 1:01 PM

Ozzy Osbourne muere a los 76 años, semanas después del último concierto de Black Sabbath.

Jul 24, 2025

Ozzy Osbourne, cuya distintiva voz oscura y su apetito por lo extremo lo convirtieron en el líder ideal de la banda de heavy metal Black Sabbath — cualidades que también lo impulsaron a una carrera en solitario aún más exitosa — falleció a los 76 años.

“Con una tristeza indescriptible, informamos que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana”, declaró la familia el martes (22 de julio) desde Birmingham. “Estaba con su familia, rodeado de cariño. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”. No se reveló la causa de muerte.

Su fallecimiento ocurre apenas semanas después del último concierto de Black Sabbath, que tuvo lugar el 5 de julio y recaudó 190 millones de dólares, convirtiéndose en el concierto benéfico más lucrativo de todos los tiempos

Las habilidades de Osbourne como vocalista — su timbre excepcionalmente único y su poderosa capacidad pulmonar — le dieron la fuerza para destacarse incluso en las canciones de metal más pesadas, como si fuera una sirena. Desde que empezó con Black Sabbath en 1970, su voz ayudó a definir lo que llegaría a ser el heavy metal. La imagen que creó en esa época se volvió igual de inolvidable. Al interpretar las letras siempre sombrías de Sabbath, vestido con la característica indumentaria fúnebre de la banda, se ganó el apodo de “El Príncipe de las Tinieblas”. Sin embargo, la seriedad de esa imagen a veces le resultaba de lo más graciosa. “Todos pensaban que vivía en algún castillo bávaro y que a medianoche me salían alas de murciélago y volaba alrededor de las almenas”, dijo a la edición británica de GQ en 2004.

La carrera de Osbourne como solista, que comenzó en 1980, vio su notoriedad dispararse gracias a una serie de actos cada vez más escandalosos y alarmantes, dos de los cuales implicaban decapitaciones. Durante una reunión en 1981 con los ejecutivos de su discográfica, le arrancó la cabeza de un mordisco a una paloma viva para llamar la atención, mientras que al año siguiente repitió el mismo acto con un murciélago muerto en el escenario, escupiendo la sangre del animal al público por si acaso. Un mes más tarde, ataviado en un vestido de su futura esposa Sharon Arden, orinó sobre un monumento erigido en honor a los caídos en la batalla de El Álamo, en Texas. Como consecuencia, se le prohibió la entrada en la ciudad de San Antonio durante una década.

Más tarde, Osbourne achacó todas esas acciones a una profunda ebriedad, un estado que, según admitió en numerosas ocasiones, mantuvo durante gran parte de su carrera. Una de esas borracheras se intensificó hasta el punto de intentar estrangular a Sharon, que entonces ya era su esposa, un acto que no recordaba haber cometido. “Es una de las cosas que más lamento”, declaró a British GQ. “Desperté en la cárcel a la mañana siguiente. Gracias a Dios, ella retiró los cargos. Y aun así, no dejé de beber”.

Al mismo tiempo, Osbourne entendía el poder publicitario de su comportamiento desenfrenado. “Parte de mí está feliz”, dijo a la revista Rock Hard en 1991. “Porque el rock ‘n roll es un negocio sensacionalista. Si no hay controversia, no hay rock ‘n roll. Lo que hay es al maldito Phil Collins”.

La imagen de Osbourne dio un giro inesperado cuando se convirtió en una estrella de televisión curiosamente adorable a principios de la década del 2000. Junto con su esposa y dos de sus hijos, protagonizó la serie de MTV The Osbournes, uno de los primeros reality shows centrados en la familia y uno de los mayores éxitos de la cadena. El programa, que sirvió como precursor de poderosos realities como Keeping Up with the Kardashians, mostraba a Osbourne como un padre torpe y balbuceante, pero que adoraba profundamente a su familia. Aunque algunos veían esta representación como una contradicción de su imagen diabólica, él lo consideraba parte del mismo paquete. “Soy solo un loco excéntrico”, dijo a The Philadelphia Inquirer en 2018. “Es todo entretenimiento”.

Con Black Sabbath, Osbourne fue incorporado al Salón de la Fama del Rock and Roll en 2006. Los nueve álbumes que grabó con la banda obtuvieron certificación de oro, mientras que cinco alcanzaron el estatus de platino. Entre sus trabajos como solista se encuentra No More Tears de 1991, que llegó al No. 7 en la lista Billboard 200 y vendió más de 3 millones de copias en Estados Unidos, según Nielsen Music. Siete de sus álbumes en solitario alcanzaron el top 10 en el Billboard 200, mientras que 17 de sus sencillos llegaron al top 10 de la lista Mainstream Rock Songs, dos de ellos al No. 1. Su creación de Ozzfest en 1996, dedicado a su amado heavy metal, se convirtió en una de las giras de festivales más exitosas y duraderas de todos los tiempos, generando eventos asociados en el Reino Unido, Europa e Israel.

John Michael Osbourne nació el 3 de diciembre de 1948 en el área de Aston, en Birmingham, Inglaterra. Fue el cuarto de seis hijos de Lilian, quien trabajaba en una fábrica, y John, conocido como Jack, quien trabajaba como fabricante de herramientas. En la escuela primaria se ganó el apodo de Ozzy, época en la que ya lidiaba con dislexia no diagnosticada, trastorno de déficit de atención y baja autoestima. “Nunca me he sentido cómodo en mi propia piel”, dijo a The Guardian en 2007. “Por alguna razón, soy un alma asustada”.

Avergonzado por la falta de dinero en su hogar, Osbourne se refugió en la fantasía de la música. Escuchar “She Loves You” de los Beatles lo inspiró a querer ser músico. Abandonó la escuela a los 15 años y trabajó en construcción, fontanería y un matadero. Intentó dedicarse al robo, pero, “no pasaron ni tres semanas antes de que me atraparan”, contó a The Big Issue en 2014. “Me sentí muy estúpido”.

Cuando su padre decidió darle una lección negándose a pagar su fianza, pasó seis semanas en la prisión de Winson Green. Sin embargo, su padre le compró un micrófono, lo que le inspiró a dedicarse seriamente a la música. La primera actuación de Osbourne tuvo lugar en 1967, cuando el futuro bajista de Sabbath, Geezer Butler, lo contrató para su banda Rare Breed. Después de dos conciertos, la banda se disolvió, lo que permitió al cantante y a Butler unirse a los otros futuros miembros de Sabbath, el guitarrista Tony Iommi y el baterista Bill Ward. El cuarteto se llamó Earth durante un tiempo antes de adoptar su inquietante nombre en 1969, basado en una película de terror del mismo nombre. Conscientes del atractivo que ejercen las películas de terror sobre el público, la banda tuvo la novedosa idea de trasladar la morbosa emoción del Grand Guignol al rock ‘n roll.

Lo hicieron enfatizando los riffs de guitarra amenazantes, las líneas de bajo sombrías y la batería atronadora, coronados por la voz diabólica de Osbourne. Él atribuyó su abrazo de la oscuridad a su dura vida en Birmingham y a su rechazo del verano del amor de San Francisco. “Llovinznaba, sin zapatos en los pies”, dijo a The Guardian en 2007. “Y encendí la radio y había un tipo cantando “¡si vas a San Francisco, ponte una flor en el pelo!”. Pensé: ‘Esto es una mierda. La única flor que voy a llevar puesta será la de mi put- tumba’”.

Cuando Warner Bros. Records firmó un modesto contrato con el grupo, la compañía no tenía ni idea de que su sonido iba a tener un impacto tan profundo y duradero en el mercado — aunque, al principio, su público estaba compuesto principalmente por hombres jóvenes. El álbum debut homónimo de Sabbath entró en el top 10 británico y en el top 25 del Billboard 200, permaneciendo en las listas de éxitos estadounidenses durante todo un año. En otoño, la banda lanzó un potente segundo álbum, Paranoid, que vendió aún más, saltando al No. 12 del Billboard 200 y generando los dos éxitos de Sabbath en la lista Billboard Hot 100, “Iron Man” y “Paranoid”.

Mientras la banda preparaba su tercer álbum, Master of Reality, en 1971, Osbourne se casó con su primera esposa, Thelma Riley. Adoptó al hijo de ésta de un matrimonio anterior y la pareja pronto tuvo otros dos hijos propios. Más tarde, Osbourne se refirió a su matrimonio como un terrible error, dada su ausencia por las giras y su creciente abuso de sustancias. Aunque su embriaguez no afectó el talento artístico de los cinco primeros álbumes de la banda, a finales de los 70 Sabbath estaba pasando por dificultades, tanto creativas como personales, debido a las disputas internas, la falta de inspiración y el consumo excesivo de drogas. Como resultado, Osbourne fue despedido por la banda en la primavera de 1979 y sustituido por el exvocalista de Rainbow Ronnie James Dio.

Durante los siguientes meses, un Osbourne abatido y desanimado se sumió en una espiral autodestructiva. Sharon Arden, cuyo padre, Don Arden, era entonces mánager tanto del cantante como de su antigua banda, le animó a salir de ese bache. Osbourne le da todo el mérito a Arden por haberlo ayudado a cambiar y animado a formar su propia banda, que le acompañó en su debut en solitario, Blizzard of Ozz. Se convirtió en uno de los trabajos más vendidos de su carrera, impulsado por canciones como “Crazy Train” y “Mr. Crowley”, esta última escrita para el famoso satanista Aleister Crowley. Su siguiente álbum, Diary of a Madman, de 1981, vendió más de 3 millones de copias. Pero la tragedia llegó al año siguiente, cuando el talentoso guitarrista de su banda, Randy Rhoads, murió en un accidente en avioneta que también cobró la vida de otras dos personas. Aunque profundamente deprimido, Osbourne se casó con Sharon cuatro meses después del accidente. Sus álbumes en solitario siguieron vendiéndose en grandes cantidades, sin bajar nunca del disco de oro ni salir del top 25 del Billboard 200, hasta su último trabajo de estudio, Scream, de 2010. La única excepción fue una recopilación de grabaciones interpretativas de 2005 titulada Under Covers.

A finales de 2011, la formación original de Sabbath anunció una gira de reunión y un álbum que produciría Rick Rubin. Cuando problemas contractuales provocaron la salida del batería Bill Ward, Brad Wilk, baterista de Rage Against the Machine, ocupó su lugar. Dos años más tarde, la banda lanzó su primer álbum con Osbourne en más de treinta años. Titulado 13, alcanzó el No. 1 tanto en el Reino Unido como en la lista Billboard 200 en Estados Unidos. La banda comenzó una gira de despedida en enero de 2016 y dio su último concierto en febrero del mismo año. Un año más tarde, Osbourne anunció su gira de despedida como artista en solitario, aunque insistió en que seguiría dando conciertos aislados.

Más adelante en su vida, Osbourne se esforzó por destacar que pasó mucho más tiempo como artista solista establecido que con Black Sabbath, y que prefería la libertad que le ofrecía ese rol. También logró mantenerse sobrio, después de años intentando dejar el alcohol solo para recaer una y otra vez. En entrevistas, expresó un creciente sentido de gratitud. “Cuando hicimos nuestro primer álbum con Black Sabbath hace 50 años, pensé: ‘Esto será bueno para un par de discos y conseguiré algunas chicas en el camino’”, dijo a Rolling Stone en 2018. “Mi vida ha sido simplemente increíble. No podrías escribir mi historia; no podrías inventarme”.

A Osbourne le sobreviven su primera esposa, Thelma Riley, sus dos hijos, Jessica y Lewis, y su hijo adoptivo Eliot, así como su segunda esposa Sharon y sus hijos, Aimee, Kelly y Jack.