¿Qué es la resistencia a la insulina y por qué debería importarnos?
Seguramente has escuchado hablar de la insulina, esa hormona que produce el páncreas y que ayuda a que la glucosa (el azúcar en la sangre) entre en las células para darles energía. Pero ¿qué pasa cuando el cuerpo no responde bien a la insulina? Eso se llama resistencia a la insulina, y aunque no siempre da síntomas al principio, puede convertirse en el primer paso de problemas mucho más serios, como la Diabetes Mellitus tipo 2, enfermedades del corazón, hígado graso o incluso algunos tipos de cáncer.
En otras palabras, la resistencia a la insulina es como si tu cuerpo empezara a ignorar las órdenes de la insulina. Al no hacerle caso, el páncreas intenta compensar produciendo más, pero llega un punto en que ya no puede más, y ahí empiezan los problemas.
¿Quiénes están en riesgo?
Esta condición no es rara. De hecho, afecta a millones de personas en todo el mundo, muchas veces sin que lo sepan. De hecho, en El Salvador esto afecta a mas de 2 millones de personas diagnosticadas, sin tomar en cuenta las personas que aun no tienen un diagnostico confirmado.
La resistencia a la insulina se presenta con más frecuencia en personas con sobrepeso u obesidad, especialmente si hay grasa acumulada en el abdomen, en quienes llevan una vida sedentaria, o tienen una dieta rica en azúcares, grasas y ultraprocesados. También puede haber un componente genético, y se observa cada vez más en jóvenes debido a estilos de vida cada vez mas sedentarios.
¿Cómo ocurre en el cuerpo?
Para entenderlo mejor, imaginemos que la insulina es como una llave que abre las puertas de las células para que entre la glucosa. Pero con el tiempo, si hay un exceso de azúcar, grasa o inflamación en el cuerpo, esas “cerraduras” se van dañando. Entonces, aunque haya mucha insulina, las puertas no se abren bien.
También influye lo que produce el tejido graso. El exceso de grasa, sobre todo en el abdomen, no es solo un tema estético: es un órgano activo que libera sustancias inflamatorias que empeoran la respuesta del cuerpo a la insulina.
¿Cómo se diagnostica?
El problema es que muchas veces la resistencia a la insulina no da señales claras. No duele, no molesta… pero está ahí, trabajando en silencio por muchos años sin que nos demos cuenta. Por eso es importante detectarla a tiempo.
En la práctica clínica se usan fórmulas accesibles, como el índice HOMA-IR, que calcula la resistencia a partir de análisis de sangre en ayunas. Otros índices, como el METS-IR, han demostrado ser muy útiles, incluso sin medir la insulina directamente. Hoy incluso se están desarrollando modelos basados en inteligencia artificial que pueden predecir esta condición usando datos de rutina o incluso dispositivos como relojes inteligentes. Por esto es importante acudir con un endocrinologo si crees que puedes padecer de resistencia a la insulina para un diagnostico mas preciso.
¿Qué consecuencias puede tener?
Aunque la resistencia a la insulina por sí sola no siempre genera síntomas visibles, con el tiempo puede provocar:
• Diabetes tipo 2, al agotar la capacidad del páncreas.
• Problemas de colesterol y triglicéridos, lo que aumenta el riesgo de padecer de enfermedades cardiovasculares (ej: Infarto agudo al miocardio, evento cerebrovascular isquemico, etc.).
• Hipertensión y daño en los vasos sanguíneos.
• Hígado graso, que puede evolucionar a fibrosis o cirrosis.
• En mujeres esta afectacion puede empeorar los sintomas del síndrome de ovario poliquístico.
• En personas mayores, se ha asociado con la pérdida de masa muscular importante conocida como sarcopenia.
También hay formas poco comunes, de origen genético, que pueden aparecer desde la infancia y que requieren seguimiento especializado.
¿Se puede prevenir o revertir?
¡Sí! Y esa es la buena noticia.
La primera línea de defensa es el estilo de vida. Cambiar la alimentación, moverse más y reducir el estrés puede hacer maravillas. Estas son algunas recomendaciones para lograr controlar la resistencia a la insulina:
• Bajar de peso, sobre todo si hay grasa abdominal. Esto puede ser especialmente dificil, por lo que es importante llevar este proceso de la mano de tu endocrinologo.
• Comer de forma más consciente: incluir frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y grasas saludables como las del aceite de oliva o el aguacate.
• Evitar el exceso de azúcar, bebidas azucaradas, productos ultraprocesados (como los “churros” y pan dulce) y frituras.
• Hacer ejercicio regularmente al menos 150 minutos por semana dividido en tres dias a la semana.
• Dormir bien y mantener horarios estables en las comidas.
En algunos casos, tu medico puede recomendar medicamentos como la metformina, que ayuda a mejorar la sensibilidad del cuerpo a la insulina.
Conclusión
La resistencia a la insulina es más común de lo que parece, pero muchas veces pasa desapercibida. La buena noticia es que es reversible si se detecta a tiempo. Cuidar lo que comemos, movernos más y prestar atención a nuestra salud metabólica no solo mejora nuestra energía diaria, sino que puede evitar enfermedades crónicas a largo plazo.
Si tienes antecedentes familiares de diabetes, sobrepeso o notas cambios en tu salud que te preocupan, consulta con un endocrinologo. A veces, un simple análisis puede darte la información que necesitas para empezar a cambiar tu historia.

Dr. William David Handal Villatoro
Medicina Interna | Endocrinologia
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